QUEVEDO
Arena que el reloj en vano vierte
construye la ilusión de una demora,
pero él sabe que nada es una hora
y en nada cambiará su aciaga suerte.
El mundo ya no es más la esfera inerte
de aquí y allá, de un antes y un ahora.
En el mundo impreciso en el que mora
Dios no es verdad, tan sólo lo es la muerte.
Consternado, abandona el manuscrito
y en el reloj concentra su mirada
tratando de intuir el infinito.
En el cristal, la arena desbocada,
persiste aún en su constante rito...
Infinito es la nada, y él es nada.
construye la ilusión de una demora,
pero él sabe que nada es una hora
y en nada cambiará su aciaga suerte.
El mundo ya no es más la esfera inerte
de aquí y allá, de un antes y un ahora.
En el mundo impreciso en el que mora
Dios no es verdad, tan sólo lo es la muerte.
Consternado, abandona el manuscrito
y en el reloj concentra su mirada
tratando de intuir el infinito.
En el cristal, la arena desbocada,
persiste aún en su constante rito...
Infinito es la nada, y él es nada.
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